Comienza el mochileo
Día 5
Neil era un
hombre de aproximadamente cuarenta años que viajaba solo en su auto. Lo
conocimos en el hostal en Lonquimay y nos contó mientras conversábamos en la cocina que deseaba subir al volcán Lonquimay. Como le caímos en gracia nos invitó a visitarlo con él.
Sólo al llegar hasta el lugar fue que descubrimos que para subir
al volcán debes primero ingresar a la Reserva Nacional Malalcahuello y para ascender al volcán, puedes subir caminando o usar el teleférico ya que no se permite el paso en vehículo. Neil pagó nuestra
subida al teleférico (Si alguna vez lee esto, ¡muchas gracias Neil!) ,pero no
sin antes negociar un poco y conseguir que nos hicieran una rebaja del 50% considerando
que nosotras estábamos mochileando).
El clima en aquel lugar era extremadamente
cambiante, yo llevaba una chaqueta para la nieve que me mantenía abrigada, pero
a ratos salía el sol y debía quitármela.
A penas nos
bajamos del teleférico comenzamos a ascender, no teníamos planeado llegar
hasta
un lugar en específico sólo subir lo que más pudiéramos y quisiéramos. Avanzamos a penas unos cuantos metros cuando advertimos que se acercaba una camioneta, Neil salió del camino y nos incitó a hacer dedo. La camioneta se detuvo y ahí fue
que conocimos a Johnny el jefe operativo del lugar, quien ofreció
llevarnos hasta más arriba.
Neil dijo: “¡Sabía que era buena idea traerlas conmigo!, a ustedes si les
paran los autos”. Nosotras con Ceci reímos. Neil también sacaba provecho de la situación.
Johnny nos llevó unos cuantos kilómetros arriba, donde algunos hombres estaban trabajando en la construcción de una plataforma para el nuevo teleférico.
Cuando
nos bajamos del auto quedamos asombrados por la gran altura y el maravilloso
paisaje que se extendía a nuestros pies. Las fotos pueden hablar por si
mismas.
De
pronto mientras intentábamos tomar fotografías
comenzó a granizar. Rápidamente guardamos nuestras cámaras. Luego salió
el sol. Casi de inmediato nos golpeó una fuerte ventisca y luego cayó
una densa y húmeda neblina desconcertándonos. Los trabajadores
que ahí estaban nos dijeron que eso era algo normal a esa altura. El
clima
tendía a cambiar muy rápidamente y por eso también sumando al descuido de las personas es que ya se habían producido
algunos horribles accidentes.
Johnny nos
contó una historia al respecto.
Antes de que las personas suban es necesario dar aviso al personal de CONAF. Sin embargo al parecer, esta chica y sus amigos no lo hicieron y por lo tanto nadie les había advertido que debían ser cautelosos debido a las irregularidades del clima arriba. Las lloviznas repentinas y descenso acelerado de la temperatura podían volver el terreno peligroso y resbaladizo.De todas formas ascendieron. Y como todo aquel que cumple una proeza aquella muchacha quiso dejar aquel registro plasmado en una fotografía.Sólo fue cosa de segundos... Se resbaló de la roca donde posaba para la foto y cayó de cabeza a penas unos pocos metros estrellándose contra el suelo. Perdió la vida de forma instantánea... No fue si no hasta el otro día cuando pudieron rescatar el cuerpo. Su nombre era Teresa.
Yo miré el
sitio desde donde había caído la chica y hasta donde llegó y pensé. “Eso no es
nada alto”. Me estremecí pensando en nuestra propia fragilidad como seres
humanos.
También recibimos un pequeño regaño ya que a nosotros nadie nos registró cuando decidimos subir y si no fuera porque estábamos con el jefe operativo nadie sabría que había tres inexpertas y poco equipadas personas ascendiendo el volcán.
Ceci y yo nos apartamos un poco mientras Neil se quedaba hablando con los trabajadores. Tratamos de acercarnos a la nieve pero el camino era más difícil de lo que pensábamos, ya que las piedras se deslizaban rápidamente hacia abajo y a veces atrapaban nuestros pies. Tuvimos que desistir y devolvernos decepcionadas.
También recibimos un pequeño regaño ya que a nosotros nadie nos registró cuando decidimos subir y si no fuera porque estábamos con el jefe operativo nadie sabría que había tres inexpertas y poco equipadas personas ascendiendo el volcán.
Ceci y yo nos apartamos un poco mientras Neil se quedaba hablando con los trabajadores. Tratamos de acercarnos a la nieve pero el camino era más difícil de lo que pensábamos, ya que las piedras se deslizaban rápidamente hacia abajo y a veces atrapaban nuestros pies. Tuvimos que desistir y devolvernos decepcionadas.
Cuando regresamos al cabo de media hora, nos invitaron a comer choripanes. Tenían una parrilla y carne. Los
granizos no eran problema para ellos, pero nosotras estábamos ansiosas por
continuar el viaje que apenas comenzaba.
El objetivo ya
era claro. Llegaríamos hasta Chiloé, pero pasaríamos unos días en Calbuco donde nos esperaba la familia de mi abuelo (Una familia que aún no conocía).
Nos llevaron
hasta abajo a los pies del volcán, donde habíamos comenzado el camino y luego Neil nos
llevó hasta Curacautin.
En el camino nos habló un poco de él. Tenía hijos y familia, también un trabajo estable (de hecho estaba disfrutando de sus vacaciones). Pero nunca había podido dejar de viajar, era su pasión y así pensaba seguirlo haciendo a pesar de que su esposa y sus hijos no les gustara acompañarlo.
En el camino nos habló un poco de él. Tenía hijos y familia, también un trabajo estable (de hecho estaba disfrutando de sus vacaciones). Pero nunca había podido dejar de viajar, era su pasión y así pensaba seguirlo haciendo a pesar de que su esposa y sus hijos no les gustara acompañarlo.
¡Esa es la
actitud! No debemos depender de otros para hacer lo que nos dicta el corazón.
Cuando finalmente bajamos del vehículo Neil nos dio instrucciones para continuar con nuestro camino, nos recomendó caminar hacia carretera donde
podríamos hacer dedo para que alguien nos llevara hasta Lautaro. Fuimos recogidas en el camino
por una camioneta donde venían cuatro
hombres, todos familia, unos hermanos, el padre y un primo. Nos subimos con algo de recelo ya que éramos apenas dos chicas y ellos eran cuatro
hombres adultos.
Aún así..¿recuerdan la parte donde dije que era importante escuchar nuestros corazones?, bueno, él corazón es sabio así que si tienen dudas de algo, es mejor escucharlo. Mi corazón estaba tranquilo y ellos a pesar de su apariencia (venían sucios por el trabajo con la tierra) tenían ojos amables (excepto por uno) así que (exceptuando a ese uno) no había nada que temer. Nos subimos al auto y ellos nos llevaron hasta Freire, que está pasado Temuco. A penas nos habíamos bajado cuando un camión se detuvo para bajar a dos mochileros en el camino y recogernos a nosotras.
¡ERA NUESTRO DÍA DE SUERTE!
Si me preguntan, después de tantos nombres de pueblos y caminos ¿tenías alguna idea de dónde estabas?, la verdad es que mi respuesta sincera sería no. Nunca había escuchado de esos lugares. Pero la gente es muy amable para dar indicaciones y nosotras íbamos hacia el sur. Todo aquel que nos recogía en el camino nos dejaba en algún lugar y nos decía hacia donde ir. Y, como no teníamos un estricto itinerario a seguir el objetivo simplemente era disfrutar el camino.
Aún así..¿recuerdan la parte donde dije que era importante escuchar nuestros corazones?, bueno, él corazón es sabio así que si tienen dudas de algo, es mejor escucharlo. Mi corazón estaba tranquilo y ellos a pesar de su apariencia (venían sucios por el trabajo con la tierra) tenían ojos amables (excepto por uno) así que (exceptuando a ese uno) no había nada que temer. Nos subimos al auto y ellos nos llevaron hasta Freire, que está pasado Temuco. A penas nos habíamos bajado cuando un camión se detuvo para bajar a dos mochileros en el camino y recogernos a nosotras.
¡ERA NUESTRO DÍA DE SUERTE!
Si me preguntan, después de tantos nombres de pueblos y caminos ¿tenías alguna idea de dónde estabas?, la verdad es que mi respuesta sincera sería no. Nunca había escuchado de esos lugares. Pero la gente es muy amable para dar indicaciones y nosotras íbamos hacia el sur. Todo aquel que nos recogía en el camino nos dejaba en algún lugar y nos decía hacia donde ir. Y, como no teníamos un estricto itinerario a seguir el objetivo simplemente era disfrutar el camino.
Hasta ahí tratamos de llegar con Ceci |
Comentarios
Publicar un comentario